Konjac, un alimento que destaca por tener un alto contenido en fibra, bajo en calorías, carbohidratos y grasas, revoluciona las dietas saludables. Consumido durante siglos, se utiliza a menudo como sustituto de los fideos o el arroz en la preparación de platos.
KONJAC, un ingrediente exótico
El konjac es un ingrediente exótico que se adapta perfectamente a las necesidades de quienes buscan perder peso sin renunciar al placer de comer. Con menos de 9 calorías por ración y casi sin carbohidratos o grasas, este ingrediente natural se presenta como nueva tipología de menús, una opción ideal para quienes buscan reducir calorías y garantizar una coherencia total entre su entrenamiento, su alimentación y su estilo de vida.
Originario del sudeste asiático, el konjac (Amorphophallus konjac) es conocido en China y Japón desde hace más de 2.000 años. El secreto está en su fibra soluble (glucomanano) que, al llegar al tracto digestivo, forma un gel viscoso similar al de la chía. Esto produce una sensación de saciedad y contribuye a mejorar la digestión, regular el tránsito intestinal y ayuda a controlar el azúcar en sangre y reducir el colesterol.
El konjac puede ser el sustituto perfecto de la pasta, el arroz e incluso la harina, pero con la ventaja de ser casi libre de calorías. Al absorber hasta 50 veces su peso en agua, se convierte en un ingrediente que aumenta el volumen de tu plato sin sumar calorías vacías. El resultado son comidas ligeras, sabrosas y saciantes. Ideal para quienes buscan cuidar su línea sin renunciar a la experiencia culinaria.
Más allá de su capacidad para ayudar a perder peso, se ha convertido en un verdadero aliado de la salud. Sin gluten, sin grasas, bajo en carbohidratos y con una dosis perfecta de fibra, es ideal para quienes buscan cuidar de su cuerpo de manera integral. Sin embargo, si la persona padece problemas esofágicos o digestivos, es recomendable consultar con un profesional de la salud antes de incorporarlo a la dieta.

Beneficios del konjac
El konjac es rico en un polisacárido llamado glucamanano el cual tiene diversas funciones en la industria de los productos cosméticos y farmacéuticos. Sin embargo, en el aspecto alimenticio este polisacárido se puede utilizar para la sustitución de grasa en embutidos y de gluten en panes. El konjac tiene una alta viscosidad que funciona como fibra dietética en el organismo. Esta fibra, baja en calorías (por cada 100 g aporta 9 kcal), la hacen ideal para el tratamiento del colesterol, diabetes y estreñimiento, pues reduce los triglicéridos y la glucosa; además funciona como probiótico y produce saciedad.
Fuente: Metropolitan / Larousse Cocina