El restaurante, ubicado en Sarrià, rinde homenaje a la Nápoles de Maradona y a la auténtica cocina napolitana de “la nonna e la mamma’ con la pizza como reina absoluta de ‘la cancha’.
Barcelona tiene nuevo número diez. No juega al fútbol, pero sí que viene con ganas de ganar toda competición que se precie, si de auténtica cocina italiana se trata. Es el
nuevo restaurante Número Diez (C/Capità Arenas, 62), que más allá de ser un nuevo
establecimiento culinario, es toda una declaración de amor por la Nápoles más callejera, la más bulliciosa, la más enérgica, aquella que convirtió a Maradona en un dios, y aquella que ama, por encima de todo, su cocina callejera, informal y desenfadada, pero también la auténtica cocina de la nonna e la mamma.
Al frente de esta “República del Sabor”, Emmanuele Stevanato, un vicentino creador de
experiencias gastronómicas que, tras dirigir obradores y proyectos de restauración en Italia, llegó a Barcelona hace tres años con una idea clara: mostrar la verdadera Italia, la que se come en casa, en la calle, en las plazas.
“Número Diez es nuestro homenaje a la Nápoles de los ochenta, al barrio, a la esperanza que Maradona trajo a una ciudad pobre, pero llena de vida”, explica Emmanuele. “Queríamos recrear esa mezcla de calle, pasión y fe que solo Nápoles tiene, y llevarla a uno de los barrios de la zona alta de Barcelona. Es un pedacito del sur de Italia en el corazón de Sarrià”, añade.

Y la elección de este nombre, Número Diez, no ha sido casual: porque el 10 fue la camiseta del genio argentino que cambió la historia del fútbol, pero también es símbolo de liderazgo, de magia, de lo que está un paso más allá de lo común. Y eso es exactamente lo que se busca en este nuevo local: elevar a lo más alto la pizza y la comida popular napolitana sin perder su esencia de barrio.
Para conseguirlo, Emmanuele ha erigido un espacio vibrante, desenfadado y acogedor. Un local que quiere transmitir el carácter alegre, vivaracho, extrovertido y pasional de los napolitanos. Un establecimiento en donde las paredes cuentan historias de fútbol, y de las mesas se desprenden aromas a horno de leña, tomate San Marzano y albahaca fresca.
El templo de la pizza napolitana
En lo culinario, Número Diez es un auténtico templo de la genuina pizza napolitana — declarada por la UNESCO Patrimonio Universal de la Humanidad—, elaborada con maestría por el pizzaioli de la casa con mimo, tiento y paciencia, una pizza de masa de fermentación larga y alta hidratación, horneada a la leña. Pizza convencional, pero también la más callejera, la pizza frita o la pizza calzoncellata tradicional.

Pero Número Diez también es una trattoria genuina, una casa de comidas donde saborear platos caseros y tradicionales de la cocina napolitana -aunque no exentos de algún toque actual-. Para conseguirlo, una extensa carta con especialidades “para compartir o morir” como la Figliata Napoletana -que aquí han revolucionado dejando atrás la clásica caprese-, los Rollitos de berenjena con panceta, la Croqueta de patata con provola ahumada, o las deliciosas Albóndigas de la abuela al estilo napolitana; o con otras especialidades más caseras, como la Parmigiana de berenjenas, los Ñoquis de sorrentina, los Espaguetis al cartoccio de mar o los Fettucine en salsa de anchoas, que llevan el apellido de Maradona, como no podía ser de otra forma.

Porque, efectivamente, aunque en Número Diez, la pizza es la reina indiscutible, la cocina napolitana de la mamma e la nonna se cuela en platos y postres genuinos y auténticos, elaborados con maestría por el chef de la casa Luigi Marcato. Recetas preparadas con productos y materias primas que el propio Emmanuele trae directamente desde el país de la bota, para mantener la calidad y autenticidad en cada una de sus propuestas.
Porque para Emmanuele es importante que el comensal pueda experimentar una experiencia 360 en sus locales, siempre dirigidos por encargados que van más allá de la dirección de una sala, como en el caso de Armando Camerlingo en Número Diez.
Número Diez, la punta de lanza del Grupo Dolcevita Gusto Italiano
Emmanuele Stevanato lo tiene claro. Más allá del negocio está la pasión. Nacido en Vicenza de familia veneciana, su carrera profesional lo llevó por prácticamente toda la geografía italiana buscando algo más que “recetas”. Empezó con un obrador de platos preparados para hoteles y restaurantes, pasó a la consultoría gastronómica y pronto descubrió que su verdadera vocación era crear conceptos capaces de emocionar y experiencias alrededor de una mesa.
Así, en 2022, dejó su zona de confort -en Italia regentaba varios establecimientos culinarios- y se mudó a Barcelona con una idea clara: “redefinir la experiencia italiana en España”, sin clichés, sin atajos y con respeto absoluto por la tradición. “Barcelona me atrapó por su energía”, confiesa.
“Europa está cansada, pero aquí todavía hay vida, movimiento, ambición. Quería traer lo mejor de Italia a una ciudad que sabe disfrutar”, añade.
Y de esta forma, en 2023 nació su primer restaurante, Dolce Vita, en el barrio de Les Corts. Un espacio donde catar auténtica cocina italiana, sin pretensiones, sin artificios. Un local familiar, divertido, colorido y alegre, donde el comensal puede transportarse con los cinco sentidos hasta el corazón de Italia. Seguidamente, en septiembre de 2024, llegó un segundo Dolce Vita, junto a La Boqueria, con el mismo espíritu, pero un toque más informal y callejero.
Este 2025, Emmanuela da un paso más e inicia un nuevo camino de crecimiento empresarial, una expansión que le llevará a abrir nuevos restaurantes italianos auténticos no solo en Barcelona, sino por toda España. La idea es que cada establecimiento esté enfocado a la gastronomía de una región específica de Italia. Espacios con personalidad propia, pero con un sello inconfundible, el del Grupo Dolcevita Gusto Italiano. “Cada restaurante del Grupo Dolcevita Gusto Italiano es, para mí, un trozo de Italia convertido en experiencia. No son simples locales: son como las atracciones de un gran parque de atracciones, en este caso gastronómico y que llamo Dolce Vita, donde cada local recrea una región, una historia, un carácter. Antes de abrir un nuevo concepto —como el próximo que de Castelldefels, dedicado a Sicilia— viajo al lugar, recorro sus mercados, hablo con productores y respiro su esencia”.
Porque Emmanuele quiere que “al entrar en un restaurante del grupo debe ser como subirse a una máquina del tiempo y del teletransporte: quiero ofrecer un viaje por Italia sin moverse de la mesa”. Una idea que sabe que puede gustar más o menos, pero siempre dejará una huella de autenticidad y calidad. “Aquí no hay atajos ni concesiones: respetamos recetas, procesos e ingredientes. Nuestra cocina es la que se cocina a diario en cualquier casa, la que yo comía en casa de mi madre, pero reinterpretada con un toque moderno y, a veces, controtendenza”.
Calle Capitán Arenas, 62. Barcelona
Ig @numerodiezpizza





